Relojes de sol en Tierra de Campos

En el arco de entrada al monasterio de la Santa Espina (Castromonte, Valladolid), existen cuatro relojes de sol. No es fácil distinguirlos, de hecho, el más singular lo descubrió Antonio Sigüenza Molina hace muy pocos años en la fachada oeste de la puerta de acceso a este cenobio, "todos pensaban que la varilla de hierro que sobresalía en la pared de piedra era una palomilla de la luz", comenta con alegría este profesor de ciencias, promotor de un proyecto educativo que ha localizado, en apenas un año, cerca de un centenar de relojes de sol en más de una veintena de localidades de Tierra de Campos y Montes Torozos (1), solo en la provincia de Valladolid.

La Santa Espina, entrada sur (foto de Luis E. Vadillo Sacristán)
La Santa Espina, entrada sur (foto de Luis E. Vadillo Sacristán)

Convencido de su intuición, Sigüenza no se amilanó y, tras colocar unos andamios ante la pared que guarda el conjunto religioso vallisoletano, trepó y encontró grabada en piedra toda la división de un reloj solar que señala las horas a partir de la una del mediodía con numeración romana, "la varilla se encuentra paralela al muro y es la original que se colocó en la primera mitad del siglo XVII", explica con satisfacción el investigador.

La Santa Espina, fachada este del arco de la entradaNo fue la única sorpresa que ofreció el exhaustivo examen al que fue sometida la muralla monacal. "En la fachada este localizamos un reloj de mariposa cincelado también en la piedra, que además de las horas marca los solsticios y los equinoccios". La varilla original no apareció, aunque el constructor "tuvo la audacia de grabar su tamaño en la pared, lo que nos permitió reproducirla", comenta con alegría Sigüenza, mientras advierte que los de este tipo son muy poco frecuentes en la zona, "se construyó hace unos cuatrocientos años".

Afirma Sigüenza que los relojes de sol "no han perdido su importancia porque los relojes mecánicos sean mucho mejores". De hecho, enfatiza, "si los comparamos con los de pulsera, comprobamos su exactitud, mantienen una diferencia de dos horas por el horario oficial de verano, una hora en invierno, más veinte minutos, en el caso de los que encontramos en la Santa Espina con el meridiano cero, que es el referente de la hora". El secreto no es otro que medir la latitud del lugar donde se quiere instalar. Antaño se hacía calculando la altura de la Estrella Polar sobre el horizonte.

Tiedra, hospedería de la ermitaDesde el medievo, el monasterio cisterciense de la Santa Espina tuvo una gran influencia en la comarca, "en todos los pueblos donde el cenobio dispuso de una propiedad, hemos encontrado relojes de sol". El más antiguo se localiza en la ermita de Tiedra, "es un estupendo ejemplar canónico, de horas desiguales, que se colocó en 1575". La singularidad estriba en el dibujo de media luna, rarísimo en los relojes canónicos que se reducen a un semicírculo. Aunque, sin duda, uno de los más llamativos se puede contemplar en uno de los claustros del Monasterio de Nuestra Señora de Prado, en Valladolid. Cuenta Antonio Sigüenza como "durante un tiempo se pensó que era un reloj lunar". Aunque se encuentra adosado a la fachada, este reloj polar "se construyó para ser apoyado sobre una mesa, con una inclinación de 41’5 grados, su orientación es hacia el sur".

Exposición

El resultado de toda esta investigación pedagógica se puede contemplar en la sala de otro monasterio, el de Matallana, donde la Diputación de Valladolid patrocina una exposición con fotografías y reproducciones de los ejemplares más llamativos, que recogen buena parte del inventario realizado. En el recorrido por esta muestra, llama la atención el que se encuentra en Villanueva de los Caballeros. Sobre el alero del tejado de la iglesia parroquial se distingue un reloj que forma parte de un conjunto de tres, dos visibles y un tercero parcialmente oculto. Tiene similitudes con los dos que se localizan en lo alto de la iglesia de San Andrés, en Villardefrades, construidos en 1763. El que mira a poniente se queda en sombra muchos días entre el equinoccio de primavera y el de otoño. Por su parte, el que se colocó en la cara al sur funciona correctamente, porque ha conservado la varilla.

Con tal cantidad de relojes solares datados, como explica Francisco Fuentes, responsable del Centro de Interpretación de la Naturaleza Matallana, que gestiona la Diputación de Valladolid, "el objetivo es preparar una exposición permanente en una de nuestra salas para dar a conocer este legado tan importante y despertar el interés por su conservación". Añade el también director de Turisvall, "pocas provincias pueden presumir de contar con una catálogo de relojes de sol tan elevada, cerca del centenar, desde finales del XVI hasta el siglo XX".

Arriba (up)

Caramuel

Juan Caramuel de LobkowitzLa razón de tan importante concentración de artilugios para medir el tiempo con la colaboración del sol en esta parte de la gran comarca de la Tierra de Campos obedece a la influencia de un personaje que tomó los hábitos en la Santa Espina en el primer cuarto del siglo XVII, Juan Caramuel de Lobkowitz, que llegó a publicar varios importantes tratados de arquitectura. Arquitecto, matemático, filósofo, fue “un portento de sabiduría”, según lo definió Menéndez Pelayo. En este monasterio fue discípulo de un fraile ciego, se llamaba Pedro de Urueña y fue su profesor de astronomía. Caramuel vivió en Valladolid en torno a 1625, cuando apenas contaba 19 años. Precisamente, durante su estancia construyó varios relojes de sol en el arco principal de entrada a la Santa Espina.

No fue el único lugar donde dejó su impronta, allá donde residió, continuó con esta pasión. Según desvela Sigüenza, este monje pasó su vejez cerca de Milán, con la condición obispo. En el Piamomente, donde murió, "es curioso que exista una gran afición a los relojes de sol", reflexiona el profesor de botánica en la Escuela de capataces de la Santa Espina. Seguramente, este pedagogo ha explicado a sus alumnos que ya los pueblos cultos del Mediterráneo, Asía y América disponían de conocimientos de Astronomía, y hace miles de años consiguieron confeccionar calendarios y divisiones de los días con los más diversos sistemas.

Las leyes de los movimientos del Sol se estudiaron, en la mayoría de los casos, con la ayuda de un 'gnomo'. Como revela el estudioso Franz Embacher, "se trata de una columna recta, cuya sombra se proyecta sobre la superficie horizontal del suelo, y puede ser considerado como el primer antecesor del reloj de sol". Sin embargo, los relojes de sol, tal y como los conocemos, "con una varilla dispuesta paralelamente al eje de la Tierra, no se empezaron a construir en Europa hasta el siglo XV".

Investigar y conocer

Con esta explicaciones previas, unos 240 alumnos de los Institutos de Villalón de Campos, Medina de Rioseco y de la Escuela de capacitación Agraria de la Santa Espina iniciaron en 2007 un proyecto conjunto de Innovación Educativa, patrocinado por la Consejería de Educación, en el que pudieron conocer los relojes de sol como producto de la cultura y de la técnica y estudiaron algunas nociones básicas de astronomía.

Medina de Rioseco, dársena del canalDurante el trabajo de campo, comprobaron la exactitud del reloj de sol que luce en fachada de la conocida como casa del capataz, en la dársena del Canal de Castilla, en Rioseco, "se construyó con motivo de la finalización de las obras del Canal y conserva la varilla original". Sin duda, era el referente para marcar el horario del personal que aquí trabajaba. Porque hasta principios del siglo XX, aunque ya existían relojes de ruedas, sus atrasos y adelantos eran considerables. De hecho, para el control y reglaje de los mecanismos, que eran fabricados de forma artesana, los relojes de sol fueron, durante varios siglos, elementos imprescindibles.

Noticia de prensa, ICAL, El Mundo, 4 de octubre de 2008

 

(1) Tierra de Campos. Comarca situada en la comunidad de Castilla León, se extiende por las provincias de Zamora, Valladolid, León y Palencia.
Montes Torozos. Llano páramo elevado sobre los valles circundantes, al sur del río Pisuerga, al este del Carrión y con la Tierra de Campos al Norte. La comarca comienza en SE de Palencia y termina en los alrededores de Tiedra.

---

La AARS agradece a Antonio Sigüenza Molina y al resto de profesores y alumnos que han colaborado en este proyecto de Innovación y Formación que se ha desarrollado durante el curso 2007/2008, su aportación, tanto personal como a través de la página web relojesdesolentierradecampos.org, en la identificación de los relojes de sol de Tierra de Campos y Montes Torozos. Las fotos de buena parte de ellos se encuentran en esta página web.

Actualmente se pueden ver relojes de sol de los siguientes municipios de dichas comarcas: Becilla de Valderaduey, Casasola de Arión, Castromonte, Gatón de Campos, Medina de Rioseco, La Mudarra, Palazuelo de Vedija, Pedrosa del Rey, Peñaflor de Hornija, Tiedra, Tordehumos, Torrelobatón, Urueña, Valdenebro de los Valles, Velliza, Villafrechós, Villagómez la Nueva, Villanubla, Villanueva de los Caballeros, Villanueva de San Mancio y Villardefrades.

Enlaces relacionados

Fotos de los relojes en esta página web (Valladolid)
Juan Caramuel de Lobkowitz en Wikipedia

Arriba (up)