Hormigón en el mosteiro (Vigo)

Se encuentra en el campanario, con un reloj de sol, y también en la balaustrada

IGLESIAS VIQUEIRA / OIA De acuerdo con las primeras impresiones, la cruz del campanario del monasterio de Oia fue partida por un rayo tiempo hace. Así que nos acerca a la "desfeita" de obra una fecha de 1922. De esa época sería también el despropósito de la balaustrada del campanario, que presenta 38 pies de hormigón, de los 60 que lo rodean.

La Consellería de Cultura e Deporte de la Xunta, con fondos Feder, se afana en la rehabilitación de la torre del cenobio, que amenazaba ruina inminente. Esa parte del conjunto arquitectónico admirable, que, con la iglesia y la capilla, pertenece al Obispado, está en trance de restauración, dirigida por los arquitectos Rodríguez y Pintos, que se fijan dos meses para la tarea, en la que se invierten un total de137.000 euros.

La obra es compleja y en gran parte requiere retirada de piedras, reposición y vuelta al sitio. En los trabajos se evidencian "remiendos" anteriores, fuere el caso que la cruz del campanario sucumbiera víctima de un rayo. De 1,60 metros de altura, resulta que es de cemento, que el cemento es recurso de la faena urgente y para salir del paso y que hay inscripciones que pueden llevar a alguna parte. Que si son las siglas de los canteros, vaya usted a saber. A la vista está el resto de un reloj de sol, devoradas varias horas por un ventanuco.

Allá arriba están los operarios, que lo mismo piden prórroga, porque los plazos parecen cortos para tanto que hacer. Han instalado un andamiaje de diez plataformas por encima del tejado del monasterio, desde donde se divisa un panorama de deterioro en techumbres que, mejor, pasarlo por alto.

Ayudar puede la foto de la cruz original. Al respecto se ha montado exposición retrospectiva y en eso se insiste.

Mientras tanto, ha concluido la primera fase de mejora de acceso al embarcadero, con cargo a la Diputación de Pontevedra. Un total de 300.000 euros en la primera fase, para ensanchar la carretera, retranquear un muro que permita el dar la vuelta a los autocares y colocar firme de piedra abujardada.

Y, en tanto, de rehabilitación del monasterio cumple retrasos, con el proyecto urbanístico de Vasco Gallega aparcado y con el plan general del que casi nada se sabe. Salvo que, de momento, no arranca.

Noticia de Prensa, Faro de Vigo, 30 de agosto de 2008

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